REFLEXIONES SOBRE LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES EUROPEAS

El progresismo en Europa, precisamente, con motivo de hacer frente a la ultraderecha, ha gobernado con las premisas de los conservadores, comprando el discurso del globalismo neoliberal, donde la famosa agenda 2030 es uno de sus mayores exponentes, no solo en lo que al tema medioambiental se refiere, sino también a lo que atañe a la socioeconomía.

Lo ocurrido con los resultados de las elecciones europeas es la crónica de una muerte anunciada, que llevo años pronosticando, que como se siguiese por el camino que se estaba tomando sobre todo por el progresismo, se estaba dejando vía libre a la demagogia de la ultraderecha.

El progresismo en Europa, precisamente, con motivo de hacer frente a la ultraderecha, ha gobernado con las premisas de los conservadores, comprando el discurso del globalismo neoliberal, donde la famosa agenda 2030 es uno de sus mayores exponentes, no solo en lo que al tema medioambiental se refiere, sino también a lo que atañe a la socioeconomía.

El progresismo ya inició su carrera meteórica de comprar es discurso neoliberal hace años, siendo un momento álgido la época de la pandemia, donde se admitió que el globalismo neoliberal, con las farmacéuticas a la cabeza, impusiesen unas medidas, las cuales adolecían de total ciencia, restringiendo derechos y libertades, elemento esencial que en los sistemas democráticos, siempre se deben preservar y, mucho más desde el mundo ideológico de las opciones progresistas.

Otro elemento en el que se ha volcado el progresismo, y, que es un buen caldo de cultivo para la demagogia de la ultraderecha, es el tema de la inmigración. El enfoque de la inmigración es totalmente erróneo por parte del progresismo, porque estamos cayendo en medidas propias de las ONGs y lo que siempre ha sido la caridad cristiana, elemento que a lo largo de la historia siempre ha sido cosecha del conservadurismo.

Precisamente en estas elecciones hemos visto como la juventud se ha acercado a la ultraderecha, y, uno de los elementos esenciales para ese acercamiento, es la falta de medidas tanto a nivel laboral como económico que hacen, que hoy en día los jóvenes tengan muy difícil independizarse y desarrollar una vida propia, a diferencia de como lo pudimos hacer nuestra generación.

Es por ello que mi opinión es que para resolver el tema de la inmigración, primero tenemos que resolver el problema de nuestra juventud autóctona, con el fin de evitar que esa deficiencia sea elemento a utilizar por la demagogia de la ultraderecha.

El problema de la inmigración no se soluciona con las medidas que se están aplicando actualmente, la solución pasa por resolver los problemas en origen, con el fin de que esas personas no tuvieran que salir de los mismos, salidas, por cierto, que pasan por las mafias, propias del globalismo neoliberal, que se enriquecen a costa de estas personas.

Este planteamiento es el que el progresismo debería haber expuesto y exigido al conservadurismo, y, no me vale decir, que es difícil de resolver y que el coste económico es muy elevado, ya que, como vemos, parece que para el armamento y las guerras no hay problema de asumir ese coste económico tan elevado.

Igualmente podríamos hablar de temas medioambientales, donde se potencian cambios donde lo que realmente importa es el negocio antes que lo que teóricamente se propone, como puede ser el coche eléctrico, los plásticos, etc. Igualmente aquí tenemos que la solución no es culpabilizar a los ciudadanos, la solución es que el poder global neoliberal cambie esquemas de sistemas productivos, eliminando la producción de plástico, y apostando verdaderamente por el verde, pero no el verde que ellos propugnan, sino por el verdadero verde que es el incrementar todo lo que se pueda las masas arbóreas, elemento esencial para que se fije el CO2 y se incremente el O2.

Es por ello que lo que está ocurriendo y ocurrirá en mayor medida a futuro, era crónica de una muerte anunciada, donde el mayor culpable es el progresismo, ya que lleva muchos años haciendo las políticas neoliberales del conservadurismo.

Si los progresistas no cambian de “chip” creo que vamos encaminados hacia un mayor crecimiento de opciones de ultraderecha, y, todos sabemos, cual es el resultado final cuando esas opciones campean por sus anchas.

Informe sobre la agenda 2030: propuesta general de actuación

El neoliberalismo lo que hace es transformar una gran crisis capitalista como la actual y dar un paso más, con un capitalismo de élite (tecnocapitalismo), mientras que al resto de la población la convierten en los nuevos esclavos de la sociedad contemporánea.

Lo primero que hay que decir es que la Agenda 2030 es un proyecto diseñado por el globalismo neoliberal, y, por lo tanto, no se entiende que este proyecto sea comprado por todo el espectro político de izquierda estatal e independentista, el ecologismo y el feminismo.

Con la agenda 2030 y el cambio climático, la izquierda y el ecologismo cercano a la izquierda, y, en el caso de Euskadi, en el entorno de la izquierda independentista, han vuelto a comprar, al igual que lo acontecido durante la pandemia, el discurso neoliberal diseñado por el poder económico, mediante eslóganes medioambientalistas, de sostenibilidad, de reparto de la riqueza, de igualdad de género, etc., que en el fondo tienen un fin concreto, el cual está dirigido a llevar adelante cambios en distintas facetas de nuestra vida, siempre bajo la directriz ideológica del globalismo neoliberal imperante en los poderes fácticos que nos gobiernan.

Así se establecerá, a causa de la crisis energética actual, el considerar como energías verdes, a energías renovables como la eólica, pero estableciendo un menor control en el cumplimiento de los estudios ambientales requeridos. También, el considerar como energías rentables como la extracción de gas, fracking, llegándose a ser valoradas como energía verde, o bien considerar a la energía nuclear como energía verde, sin resolver, al menos, cómo se va a llevar a cabo el tratamiento de los residuos, elemento que carece de todo calificativo como renovable.

Igualmente, se llevará a cabo una elevación de la producción de alimentos transgénicos; es decir, todo lo contrario a lo defendido por la izquierda y el ecologismo hasta el momento actual.

De la misma manera nos establecerán para los diferentes sectores productivos, diciéndonos que los criterios de transformación estarán basados en la sostenibilidad, cuando la verdadera realidad es que su objetivo final no tiene nada que ver con sostenibilidad y sí con protegerse de cualquier cambio socio-económico que pudiera poner en entredicho las premisas neoliberales del mundo actual.

El supuesto progresismo, con el virus pandémico neuronal inoculado, está haciendo, con esta agenda 2030, no solo dejación sino estrategia política propia, no dándose cuenta (o no queriendo darse cuenta) que la estrategia de esta agenda 2030 es la de ir creando y utilizando una gran crisis económica y energética, en este caso, mediante las guerras Rusia-Ucrania, Israel-Palestina, donde solo interviene energéticamente en el gas, entonces ¿cuál es la razón para teniendo la dependencia que se tiene hoy en día del petróleo, se haya disparado la inflación y los combustibles?

Una de las razones puede estar en la necesidad de empobrecer a la población, sin ahogarla totalmente, de forma que sea necesario el subvencionismo para la subsistencia de una gran mayoría de la población, lo cual no deja de ser una transformación del voto libre en voto cautivo. De manera que el poder neoliberal consiga que, ante este reto de subsistir, a cambio se acepten todas las premisas que ese poder neoliberal establezca, premisas que en una situación anterior, no se hubiese estado dispuesto a aceptar ni por la propia sociedad ni por los partidos del espectro, llamémosle, supuestamente progresista.

En esta pandemia se ha utilizado una mezcla de salud pública y de tema medioambiental con el fin, por una parte, de laminar a la población con el verdadero virus pandémico (el virus neuronal del miedo), y por otra, con que el progresismo y la izquierda compren el discurso demagógico de la sostenibilidad, la ecología, la conservación medioambiental y el feminismo, elementos que siempre han sido consuetudinarios con ese ecologismo y con la propia izquierda.

Pero Sres. de la izquierda, del ecologismo, del feminismo, etc., ¿quién ha proyectado y diseñado esta agenda 2030?, ¿quiénes son los ideólogos de la misma? Supongo que tendrían que saber la respuesta, y si no lo saben es porque la compra del discurso de dicha agenda es de tal calibre que les ha hecho caer en una ceguera absoluta. Con toda probabilidad, la causa ha sido el contagio que han tenido con el virus neuronal expandido por el globalismo neoliberal, que ya dije (desde hace tiempo) iba a ser un virus que se cargaría al progresismo y a la izquierda tanto estatal como soberanista, y que, a su vez, estaba dejando el campo libre al albur de la demagogia de la ultraderecha, como ya lo estamos viendo actualmente en Europa, cuando esa opción política, aunque nos quieran dar a entender lo contrario, está igualmente alineada con ese poder neoliberal globalista, sabiendo que sus medios, como se puede comprobar a lo largo de la historia, son de un total sesgo antidemocrático.

¿Necesitaba el poder neoliberal seducir a la izquierda y al ecologismo para que se pusiera a defender esta agenda 2030? La respuesta es SÍ. Primero, dejando de lado las reivindicaciones socioeconómicas por un supuesto virus mortal, y segundo, defendiendo a ultranza una agenda 2030 supuestamente ecológica y progresista pero que la realidad es que está diseñada por y para el poder económico neoliberal.

Está claro que son los poderes económicos quiénes han diseñado esta estrategia teñida de arco iris pero, como todos sabemos, la resultante de la combinación de sus colores es el color negro, verdadero color de la agenda 2030.

El discurso, que ya nos ha venido y se recrudecerá en el futuro, tanto desde el punto de vista sanitario, de salud, laboral y medioambiental, es de un intervencionismo puro en la libertad del individuo y, en definitiva, del colectivo social, utilizando el miedo a la enfermedad y a la muerte con supuestos virus cuyo origen lo adjudicarán a las zoonosis generadas por culpa del cambio climático y del deterioro medioambiental.

Se juega, de esta manera, con algo que es patrimonio de la humanidad como si fuese propiedad de ese poder neoliberal pero transmitiendo a la población (del mismo modo que con la pandemia) que pudieran ser necesarias restricciones por el bien común, y que es necesario un cambio de paradigma en las relaciones socio-económicas, donde se potenciará la figura del subvencionismo frente a la compensación retributiva por trabajo realizado.

En resumen, el neoliberalismo lo que hace es transformar una gran crisis capitalista como la actual y dar un paso más, con un capitalismo de élite (tecnocapitalismo), mientras que al resto de la población la convierten en los nuevos esclavos de la sociedad contemporánea.

Al haber comprado el progresismo estatal e independentista este discurso en base a una supuesta sostenibilidad, avalada por el discurso neoliberal, han conseguido, laminar la capacidad de protesta y revueltas al haber engullido a la parte ideológica de la sociedad, que podría haber avalado el elemento esencial reivindicativo de la misma, al igual que se ha conseguido que este progresismo se haya comido el caramelito envuelto con papel de todos los colores, donde parece que la apuesta es progresista, ecologista, feminista, cuando la realidad es que la propuesta (como resultaría de esa conjunción de colores del envoltorio del caramelo) nos llevaría a que este caramelo que degustamos es un caramelo de color negro, que nos conducirá a una sociedad más esclavizada en un sentido diferente a lo que en la historia ha representado la esclavitud.

Se pasaría a una esclavitud, que mediante la revolución tecnológica, nos llevaría a una subsistencia dependiente de las dádivas de ese poder neoliberal.

La propuesta sobre la Agenda 2030, en mi opinión, no es contraponer a lo que se propone con lo que se cree que va a ser el resultado, sino el establecer un diseño de lo propuesto en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) enfocado hacia el beneficio de la sociedad y no hacia el beneficio del poder global neoliberal, que es como ellos lo tienen establecido en su diseño.

A continuación explico mi opinión respecto a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): 

  1. Erradicar la pobreza en todas sus formas y para todos.

Se debería basar en empoderar a la sociedad apoyando cualquier atisbo de creatividad, donde lo que impere sea el desarrollo de las personas, de manera que se posibilite el cubrir las necesidades básicas, que comprenden más que la mera subsistencia ya que el ser humano se nutre de algo más que lo puramente material. Y no llevar la estrategia de adocenar a la población mediante la dotación de un subvencionismo que le permita vivir sin dispendios, pero que, a cambio, será un buen método de los poderes para tener el voto cautivo e ir transformando la sociedad, de manera que la felicidad sea el poder subsistir sin más, eso sí, teniendo siempre presente el agradecimiento a quien le permite subsistir.

  1. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.

Establecer una seguridad alimentaria basada más en los localismos que en el globalismo, donde el entendimiento del intercambio funcione más por permeabilidad que por el materialismo crematístico propio de este globalismo neoliberal, donde, como se ha visto en este momento, nos ha llevado a una crisis alimentaria llevando años imponiendo cuotas agrícolas, ganaderas y pesqueras que no han servido nada más que para el enriquecimiento de las multinacionales y el empobrecimiento de la agricultura, ganadería y pesquería local, siendo necesario apostar por una economía alimentaria local.

  1. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

Durante esta pandemia hemos visto con claridad que este objetivo lo han llevado por derroteros totalmente contrarios al epígrafe establecido, como ha sido el nivel de intervencionismo en la salud de las personas, que ha llegado a ser de tal nivel, que, al final, el bienestar y la vida sana han sido y son utilizadas como una forma de coartar nuestra libertad, ya que la solución siempre la establecen responsabilizando al ciudadano y no a la Administración.

  1. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida. 

El nivel educativo debe experimentar un cambio esencial. La educación inclusiva se debe basar (y más hoy en día) en el fomento del espíritu crítico y el debate de conocimientos e ideas, en vez del sistema actual de la evaluación basados, principalmente, en procesos memorísticos, cuando a esos conocimientos se tiene fácil acceso a través de internet, mientras que el espíritu crítico no tiene ese fácil acceso; y es aquí donde los enseñantes tienen que cambiar totalmente su ideario profesional de la enseñanza. Una sociedad a la que se le enseña a ser crítica y a tener el debate como herramienta básica del aprendizaje siempre será una sociedad más evolucionada y con una menor capacidad de manipulación, lo cual supone todo lo contrario a lo que desean los poderes neoliberales.

  1. Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. 

La igualdad de género es un elemento esencial de la sociedad, pero no solo el empoderamiento de las mujeres y niñas sino también la de los hombres y niños, ya que cuando ellos hablan del empoderamiento femenino se están refiriendo a un empoderamiento frente al masculino de un mismo nivel, pero no al empoderamiento frente al poder, el cual lo conforman curiosamente tanto femenino como masculino. Mi propuesta es empoderarse frente a ese poder igualándose lo femenino y masculino en lo que significa el vocablo “persona”, el cual engloba ambos géneros sin distinción.

  1. Garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación y saneamiento sostenible. 

Lo primero que la sociedad debe tener claro es que el agua es un bien de la naturaleza y por lo tanto público, cuyos propietarios somos toda la sociedad sin distinción. Con ello considero que el agua no es propiedad de ningún localismo, ni de ningún ente territorial y mucho menos de un ente privado, mientras que la gestión del recurso tiene que ser lo más cercana posible a los localismos, teniendo en cuenta la realidad hidrológica actual de nuestro país, siendo la gestión de esa unión de los localismos, la que pueda resolver los supuestos problemas hídricos del entorno.

En el caso concreto de Euskal Herria se podría decir, y sin extenderme, que debemos partir de la realidad actual que tenemos y transformarla, con el fin de que todos los habitantes seamos en nuestra parte alícuota pequeños propietarios de los recursos hídricos. Es evidente que un saneamiento sostenible va íntimamente unido a un abastecimiento sostenible y cerrando ciclo hidrológico las premisas de concepto y gestión deberían ser las mismas.

Cuando hablamos de falta de agua, lo que se deben plantear los políticos es una planificación en base a la ley de la oferta y demanda. La falta de agua no es debida, solamente, a la pluviometría, que a lo largo de un año si que puede estar distribuida de una manera caprichosa, sino que ello se debe al desequilibrio de la ley de la oferta y la demanda, y en esta intervienen directamente tanto los poderes económicos como los poderes políticos.

Un ejemplo, lo ocurrido en Doñana, donde ante una demanda cada vez más elevada, la oferta, tarde o temprano, como hemos visto con los años hidrológicos se conserva, aunque sea de forma caprichosa, pero siendo cada vez más deficitaria respecto a la demanda. Y aquí, es donde nuevamente, como ocurrió con la pandemia, los poderes político-económicos, intentan eludir sus responsabilidades, y hacer responsable a los ciudadanos, con el efecto mediático de los medios de comunicación, de algo que ellos, al menos, han gestionado de forma irresponsable e incompetente, cuando no esa responsabilidad pudiera estar en el ámbito judicial. ¿Cuál es la razón, por ejemplo, en el caso Doñana, (por citar un ejemplo entre otros muchos), se haya elevado de forma exagerada esa demanda de agua, permitiendo un incremento de actividad como cultivos como son el de la fresa, entre otros?. La respuesta es clara, por falta de planificación de oferta y demanda y porque esas actividades económicas, a nivel de impuestos, dejan bastante dinero en los municipios de la zona, dinero que gestionan los políticos y que como vemos de forma reiterada lo hacen de forma irresponsable, tanto sean de ideología conservadora (derecha), como los de ideoogía progresista (izquierda), al haber comprado el discurso del miedo respecto al tema medioambiental, a través de la Agenda 2030.

Por supuesto que quien diseña este objetivo sostenible no tiene en cuenta que el recurso hídrico es patrimonio público y, por lo tanto, propiedad de todos los habitantes del territorio. Siempre tenemos que pensar en la verdadera solidaridad y el bien común y en aquellos casos en que sea posible cerrar anillos.

  1. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.

En el caso de la energía y, sobre todo, en las renovables, se puede decir lo mismo que se ha comentado sobre el agua en el punto 6. Se debe potenciar la gestión local allí donde las energías renovables, de tipo hidráulico, eólico, etc. puedan llevarse a cabo a un nivel más local. Siempre tenemos que pensar en la solidaridad y el bien común y en aquellos casos en que sea posible cerrar anillos.

Hay que señalar el fracaso de la ciencia oficialista, nuestros políticos y los poderes económicos, en el fomento a la utilización del coche eléctrico, iniciándose la casa por el tejado, y, no por donde siempre se debe iniciar la construcción de una casa, que es por los cimientos.

Se fomenta el que los ciudadanos nos pasemos al coche eléctrico, con criterios puramente mercantilistas y total falta de ciencia medioambiental, ya que, de inicio, el coche eléctrico es bastante más caro que el de combustión, es bastante más incómodo para repostar que el de combustión, recargándose las baterías con la misma energía que utilizan los coches de combustión, y, además se lanza al mercado, sin tener solucionado los residuos de los coches eléctricos, como son las baterías, ya que estas no duran eternamente, siendo además residuos tóxicos.

Si hablamos de la energía eólica y fotovoltaica, en primer lugar, en muchas de las circunstancias, éstas son incompatibles con el paisajismo y con la biodiversidad, afectando principalmente al paso de las aves en sus migraciones, en el caso de la eólica, y a la biodiversidad de aves esteparias y otras especies de diferentes escalas zoológicas, en el caso de la fotovoltaica (placas solares).

Ambas energías alternativas tienen nuevamente un denominador común, como es la falta de planificación. ¿Dónde están los estudios sobre las hectáreas que serían necesarias para solventar el tema energético mediante la energía eólica y fotovoltaica, y su coste a nivel de biodiversidad?. Igual que antes, no sabemos de esos estudios, pero lo que si sabemos que quienes gestionarían esas energías, como ya lo hacen actualmente, y serían los mismos que gestionan las baterías de los coches y la energía fósil.

También se podría decir, ¿por qué en la ley de vivienda no se exige en la construcción de las edificaciones, el que tengan incorporada, una vez estudiado el consumo de los vecinos de la misma, la instalación de placas solares fotovoltaicas?, la respuesta nuevamente es clara, la razón es debido a que si así fuese, las viviendas serían autogestionadas energéticamente, y pasaría a ser gestionados como cualquier otro elemento comunitario, y, por lo tanto, independientes de la red eléctrica general, y si no se llegase a cubrir el 100% de las necesidades energéticas, el diferencial sería lo único que se tendría que comprar por parte de la comunidad a dicha red eléctrica general.

  1. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.

Cuando se habla de crecimiento económico inclusivo y sostenible, aunque plausible (en verdad, no es ese su objetivo), ya que tendría que cumplir con una serie de premisas que el globalismo neoliberal no las tiene presentes en modo alguno. Como hemos visto reiteradamente, por su parte, no se tiene como elemento esencial del crecimiento, lo medioambiental, lo social y lo económico como base para la redistribución de la riqueza, ya que su concepto de sostenibilidad está íntimamente ligado al materialismo puro y duro y, por lo tanto, a la sostenibilidad crematística de una élite.

  1. Construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.

En este punto habría que recuperar la creación de una industria con tecnologías limpias, creando un entramado entre empresariado y trabajadores, y creo que dejando la iniciativa a la propia sociedad y no a los partidos políticos ni a los gobiernos. Estos, cuando hablan de innovación, se están refiriendo a clústers y entes que sólo sirven para alimentar el clientelismo de alto standing que tenemos en nuestro país. La innovación debe ir implícita en el propio diseño de la creación de esa nueva industria limpia.

En determinados sistemas productivos como el plástico se debería ir cambiando esos sistemas productivos por otros donde el plástico no sea el elemento predominante.

  1. Reducir la desigualdad en y entre los países.

Este punto es un “canto al sol”, más propio de púlpitos de iglesia que de realidad tangible, porque lo primero que habría que hacer para reducir la desigualdad es reducirla internamente. En cuanto a la desigualdad entre países, pongo el ejemplo de África, en donde Europa, después de haberla esquilmado durante siglos, tendría que hacer desarrollismo, de manera que con ello y con cambios políticos, se lograse reconducir el tema de la inmigración.

Es evidente que lo primero que creo que hay que hacer, es atender humanamente a todas las personas que vienen en las pateras, pero luego hay que tener una política clara de que se va a hacer con esos inmigrantes, y, no se puede decir que hay que darles solución, sin decirnos a la población como y con que, y, sin decirles a los jóvenes autóctonos en paro que a ellos también hay que darles una solución. Igualmente lo primero que hay que incidir es en las mafias de esos países que lo que están haciendo es lucrarse con una total falta de respeto a los derechos humanos, así como que la verdadera solución es actuar en los países de origen devolviendo, por parte de Occidente todo lo que se les ha esquilmado siglos atrás.

  1. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Es evidente que todos queremos que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, pero la realidad es que no lo son, y, para ello, sería necesario que las ciudades y asentamientos tuviesen un denominador común, que es el binomio de la interrelación entre naturaleza y habitantes, donde el elemento cemento sería el que sobraría. Pues bien, en este punto y con la afirmación que se hace, el elemento cemento debería ser algo a prescindir, y, con ello, la edificación, ya que hoy en día la vivienda, tal como se propone, es un bien especulativo, alejado de la premisa, en la que todo ciudadano debe tener derecho a una vivienda digna, siendo un elemento esencial para la vida de los individuos, como pudiera ser la alimentación.

Este punto se tendría que llevar a cabo cambiando el paradigma del concepto vivienda; es decir, no siendo un elemento especulativo y de inversión. ¿Está dispuesto el globalismo neoliberal a eliminar de su ideario este elemento especulativo de la vivienda?

El mayor regulador del CO2 es la vegetación y en especial los sistemas de bosque, los cuales necesitan el CO2 para su respiración, pero absorbiendo una mayor cantidad de CO2 y, producción de O2, cuando realiza la función fotosintética.Lo que no analizan es que ese exceso de CO2, se debe a que se desequilibra el balance de la oferta y demanda, mediante la actuación del ser humano, pero no por hacer el ejercicio, por parte de los ciudadanos de vivir, sino por planificar el desarrollismo meramente en base al hormigón y su interés crematístico, recayendo dicha responsabilidad en los poderes políticos y económicos.

El globalismo neoliberal nos plantea un desarrollismo urbano de las ciudades basado en el hormigón mediante la especulación inmobiliaria, dejando de lado el crear ciudades más ecológicas en un sentido propio de la ecología, creando verdaderos corredores ecológicos con especies autóctonas y, no sucedáneos de corredores que se basan en dulcificar el hormigón con la plantación de árboles que en ningún momento se les deja crecer por estar podándolos continuamente (parece que solo interesa la estética), de manera que los árboles sin copa y frondosidad difícilmente van a equilibrar esa oferta y demanda.

Hay que ir hacia una recuperación de la reforestación de las ciudades considerando que cada vez tienen que tener más de rural que de urbano, ya que esa recuperación incidirá directamente en la absorción del CO2 y en una menor insolación de forma que la temperatura ambiental bajase unos grados debido al efecto de ese arbolado frondoso.

Abandonar prácticas inútiles como la de las zonas de bajas emisiones, ya que si lo que se pretende es reducir la contaminación ambiental en dichas zonas, se deberían plantear distintas situaciones, planteándonos las siguientes preguntas, ¿se estará desplazando esa contaminación a barrios periféricos de esos barrios declarados zonas de baja emisión?, ¿son precisamente esos barrios periféricos los de menor poder adquisitivo, los que tienen que costearse un nuevo vehículo?, ¿es este tipo de medidas propio de la izquierda?.

Por otra parte, si la dispersión de la contaminación ambiental depende de la intensidad y dirección del viento, ¿no ocurrirá que en ocasiones ese exceso de contaminación aérea periférica se dirija precisamente hacia las zonas de bajas emisiones?. Nuevamente los poderes fácticos nos plantean medidas incongruentes y con total falta de criterio científico.

  1. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.

Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles está relacionado con un cambio absoluto de los sistemas productivos y de lo que se produce siendo necesario introducir el concepto del autoconsumo y la regulación de todos aquellos productos que no cumplen con lo criterios de lo que una alimentación sana requiere, llegando incluso a su eliminación.

Algo parecido se puede decir de los sistemas productivos, donde se utilizan materiales contaminantes y de difícil reciclaje, como el plástico, utilizado en infinidad de productos de consumo humano. ¿Es eso sostenible?

La realidad es que un cambio de este tipo incide directamente en los sistemas productivos y, por lo tanto, en el valor crematístico del sistema, por lo que es difícil que estén dispuestos a cumplir con este punto, salvo ligeros enmascaramientos a los que ya nos tienen acostumbrados.

  1. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. 

En este punto se podría decir lo mismo que en el anterior. ¿Qué medidas son las que se van a establecer para combatir el cambio climático?, ¿las que únicamente van a incidir en los ciudadanos?, ¿es que esas medidas tienen peso específico suficiente para revertir el cambio climático?

La realidad es que los dirigentes son los que tienen la obligación de solucionarlo, con medidas que conduzcan a la realización de cambios en esquemas productivos (plástico, energético), porque lo que predomina, en la actualidad, son precisamente materiales contaminantes, cuando la solución está en el origen y no en el final de la cadena que no deja de ser la ciudadanía. Y hay que añadir que el problema, al igual que en el tema sanitario, es que la solución está en manos del poder económico y, como tal poder, sólo tiene su mirada en el enriquecimiento.

Si enfocamos el tema en el tan llevado y manoseado tema del reciclaje, bandera del ecologismo, que no de la ecología, tenemos que a los ciudadanos nos piden utilizar cuanto menos plástico mejor, hasta el punto de que si no llevamos nuestra propia bolsa a la compra, que por cierto, puede ser de plástico, en el mismo supermercado previo pago nos dan dichas bolsas de plástico, en la cual, la mayoría de los productos, que vamos a comprar, están igualmente empaquetados en plástico o en tetrabrik.

De la misma manera nos enseñan a que los ciudadanos reciclemos pero la realidad es que no sabemos que es lo que verdaderamente ocurre con ese reciclaje, y se puede uno preguntar, ¿cómo es posible que acabe apareciendo tanto plástico en nuestros mares y océanos, si prácticamente se recicla todo el plástico utilizado?

Otra de las medidas en este paradigma del desarrollo sostenible es la apuesta por energías renovables, pero con la intención de incluir energías ya denostadas y contaminantes, utilizando el argumento del bien común.

  1. Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.

Cuando se establece el conservar y utilizar de forma sostenible estos elementos, no creo que haya discrepancia alguna en ello, lo que sí habrá discrepancia es en el modelo de cómo llevarlo a cabo. Con toda seguridad, se seguirá un modelo sancionador para que sea la sociedad quien tenga que solucionarlo (ejemplo, el plástico), cuando el modelo es todo lo contrario, son los poderes y los estados quienes tienen que solucionarlo actuando en origen; es decir, produciendo el máximo posible sin plástico. A fin de cuentas es la Administración quien tiene que gestionar nuestros impuestos para que esa gestión redunde en el beneficio de la ciudadanía.

Por otra parte, el desarrollo sostenible relacionado con la pesca es un elemento a cambiar respecto a la política actual de cuotas dictada desde Bruselas, lo cual acaba siendo un mercantilismo propio del liberalismo.

  1. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica.

El uso sostenible de los ecosistemas terrestres y todo lo que ello conlleva (ordenación sostenible de bosques, desertificación, degradación de tierras, pérdida de biodiversidad biológica) requiere políticas totalmente diferentes a las aprobadas en las cumbres climáticas, donde se ha hecho del CO2 un elemento mercantil más que medioambiental.

Igualmente, se habla de desertificación y de ordenación sostenible del bosque cuando se ha dejado camino libre a realizar la mayor agresión contra la regulación climática mundial mediante lo acontecido con las talas del Amazonas, pulmón del mundo y elemento básico para la regulación del CO2 y, por lo tanto, del calentamiento global. ¿Van a revertir los poderes políticos y económicos esas políticas de deforestación a gran escala?, ¿van a seguir haciendo mercantilismo con el medio ambiente? o ¿de una vez por todas van a dejar de lado el aspecto crematístico, cuando, además, a la postre una buena política medioambiental proporciona una mayor riqueza a la sociedad?

Aquí podríamos comentar, precisamente como elemento de como se contradicen sus objetivos sostenibles con su ejecución, el proyecto de construcción del nuevo Guggenheim en Urdaibai. Urdaibai es reserva de la Biosfera y ya desde un inicio su gestión ha sido totalmente negativa, ya que el saneamiento de dicha reserva, se tenía que haber realizado mucho antes que, incluso el saneamiento de la ría de Bilbo.

Un proyecto de este tipo debería estar prohibido llevarlo a cabo, y, mucho más con los epígrafes de los 17 objetivos de la Agenda 2030, ya que, de por sí, ese proyecto con el movimiento de tierras correspondiente, las infraestructuras que se tienen que realizar, la conversión de una zona ecológica en una zona donde va a predominar el turismo y todo lo que ello conlleva en lo referente a servicios, es totalmente incompatible con una reserva e la Biosfera y, por lo tanto, para la diversidad y sostenibilidad de la misma.

  1. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.

Este punto sí que es un nuevo “canto al sol” en toda regla, que está enfrascado en la hipocresía más absoluta, como lo estamos viendo ahora con la guerra Rusia – Ucrania, o la masacre de Israel en Palestina, donde la solución, que el poder globalista neoliberal propone es de tipo bélico y, por ende, de intereses crematísticos de la industria armamentística, es decir todo lo contrario a lo expresado en el epígrafe de este punto 16.

Este punto para solucionarlo realmente de forma sostenible, requiere una apuesta en toda regla por la eliminación de las instituciones a nivel europeo y mundial, de manera que las soluciones a los conflictos no se basen en criterios belicistas con su correspondiente interés crematístico, siendo esencial el que los bloques armamentísticos se vayan devaluando (llegando, incluso, a desaparecer si, en verdad, se quiere que este punto sea realmente sostenible). Se debe dar un alejamiento de soluciones como las actuales, donde el reforzamiento y el gasto en armamento sean sustituidos por la verdadera solución sostenible, que es el diálogo y el respeto a la decisión de los pueblos.

  1. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Con lo dicho en los puntos anteriores este punto 17 es algo de tal falta de realismo que no procede hacer comentario alguno.

Se podría decir con claridad que estos 17 objetivos son algo parecido a lo que los católicos tienen con los diez mandamientos. En principio, todos serían asumibles como principios de libertad y democracia, pero el problema, al igual que en los diez mandamientos, es que su ejecución dista totalmente de los enunciados de los objetivos, porque el poder del globalismo neoliberal, que es quien ha diseñado esta agenda 2030, sólo tiene una premisa, que es la especulación y el enriquecimiento.

El cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) requeriría transformaciones socio-político-económicas a gran escala, donde se empezase a propiciar y fortalecer la autogestión de colectivos más locales, rompiendo con este globalismo a ultranza que nos está condicionando nuestra vida actual. Y para ello, la realidad es que tendría que darse una auténtica revolución pacífica y cívica donde los elementos esenciales fuesen la libertad, el respeto a los derechos individuales y colectivos como pueblo y el derecho a decir lo que se quiera ser sin impedimentos. ¿Está este globalismo neoliberal preparado para llevarla a cabo con todas sus consecuencias obviando sus intereses mercantilistas y de control de la población que supone la ejecución que están llevando a cabo de esta Agenda 2030?

La capacidad de pensamiento y autocrítica es esencial en el ser humano y esa es la herramienta que tenemos las personas para combatir a aquellos poderes que nos quieren convertir en animales adocenados y serviles, cubriendo solo nuestras necesidades físicas, pero no mentales. La realidad es que ellos, a lo que realmente tienen miedo, es al empoderamiento mental de la sociedad.

Informe sobre la agenda 2030. Propuesta general de actuación

Con la agenda 2030 y el cambio climático, la izquierda y el ecologismo han vuelto a comprar, al igual que lo acontecido durante la pandemia, el discurso neoliberal diseñado por el poder económico.

Lo primero que hay que decir es que la Agenda 2030 es un proyecto diseñado por el globalismo neoliberal y por lo tanto, no se entiende que este proyecto sea comprado por todo el espectro político de izquierda estatal e independentista, el ecologismo y el feminismo.

Con la agenda 2030 y el cambio climático, la izquierda y el ecologismo cercano a la izquierda y en el caso de Euskadi, en el entorno de la izquierda independentista, han vuelto a comprar, al igual que lo acontecido durante la pandemia, el discurso neoliberal diseñado por el poder económico, mediante eslóganes medioambientalistas, de sostenibilidad, de igualdad de género, etc., que en el fondo tienen un fin concreto dirigido a llevar adelante cambios en distintas facetas de nuestra vida, en un sentido acorde con el globalismo neoliberal imperante en los poderes fácticos que nos gobiernan.

Como, por ejemplo, se establecerá, a causa de la crisis energética actual, el considerar como energías verdes, a energías renovables como la eólica, pero estableciendo un menor control en el cumplimiento de los estudios ambientales requeridos. También, el considerar como energías rentables como la extracción de gas, fracking, llegándose a ser valoradas como energía verde, o bien considerar a la energía nuclear como energía verde, sin resolver, al menos, cómo se va a llevar a cabo el tratamiento de los residuos, elemento que carece de todo calificativo como renovable.

Igualmente, se llevará a cabo una elevación de la producción de alimentos transgénicos; es decir, todo lo contrario a lo defendido por la izquierda y el ecologismo hasta el momento actual.

Igualmente, nos establecerán en otros sectores el que los criterios de transformación estarán basados en la sostenibilidad, cuando la verdadera realidad es que su objetivo final no tiene nada que ver con sostenibilidad y sí con protegerse de cualquier cambio socio-económico que pudiera poner en entredicho las premisas neoliberales del mundo actual.

El supuesto progresismo, con el virus pandémico neuronal inoculado, está haciendo, con esta agenda 2030, no solo dejación sino estrategia política propia, no dándose cuenta (o no queriendo darse cuenta) que la estrategia de esta agenda 2030 es la de ir creando y utilizando una gran crisis económica y energética, en este caso, mediante la guerra Rusia-Ucrania donde solo interviene energéticamente en el gas, entonces ¿cuál es la razón para teniendo la dependencia que se tiene hoy en día del petróleo, se haya disparado la inflación y los combustibles?

Una de las razones puede estar en la necesidad de empobrecer a la población, sin ahogarla totalmente, de forma que sea necesario el subvencionismo para la subsistencia de una gran mayoría de la población, lo cual no deja de ser una transformación del voto libre en voto cautivo. De manera que el poder neoliberal consiga que, ante este reto de subsistir, a cambio se acepten todas las premisas que ese poder neoliberal establezca, que en situación anterior no se hubiese estado dispuesto a aceptar ni por la propia sociedad ni por los partidos del espectro, llamémosle, supuestamente progresista.

En esta pandemia se ha utilizado una mezcla de salud pública y de tema medioambiental con el fin, por una parte, de laminar a la población con el verdadero virus pandémico (el virus neuronal del miedo), y por otra, de que el progresismo y la izquierda compren el discurso demagógico de la sostenibilidad, la ecología, la conservación medioambiental y el feminismo, elementos propios de ese ecologismo y de la propia izquierda.

Pero Sres. de la izquierda, del ecologismo, del feminismo, etc., ¿quién ha proyectado y diseñado esta agenda 2030?, ¿quiénes son los ideólogos de la misma? Supongo que tendrían que saber la respuesta, y si no lo saben es porque la compra del discurso de dicha agenda es de tal calibre que les ha hecho caer en una ceguera absoluta. Con toda probabilidad, la causa ha sido el contagio que han tenido con el virus neuronal expandido por el globalismo neoliberal, que ya dije (desde hace tiempo) iba a ser un virus que se cargaría al progresismo y a la izquierda tanto estatal como soberanista, y que estaba dejando el campo libre al albur de la demagogia de la ultraderecha, como ya lo estamos viendo en Europa, opción política, que aunque nos quieran dar a entender lo contrario, sí que está alineada con ese poder neoliberal globalista, siendo sus medios, como se puede comprobar a lo largo de la historia, de un total sesgo antidemocrático.

¿Necesitaba el poder neoliberal seducir a la izquierda y al ecologismo para que se pusiera a defender esta agenda 2030? La respuesta es SÍ. Primero, dejando de lado las reivindicaciones socioeconómicas por un supuesto virus mortal, y segundo, defendiendo a ultranza una agenda 2030 supuestamente ecológica y progresista pero que la realidad es que está diseñada por y para el poder económico neoliberal.

Está claro que son los poderes económicos quiénes han diseñado esta estrategia teñida de arco iris pero, como todos sabemos, la resultante de la combinación de sus colores es el color negro, verdadero color de la agenda 2030.

El discurso, que ya nos ha venido y se recrudecerá en el futuro, tanto desde el punto de vista sanitario, de salud, laboral y medioambiental, es de un intervencionismo puro en la libertad del individuo y, en definitiva, del colectivo social, utilizando el miedo a la enfermedad y a la muerte con supuestos virus cuyo origen lo adjudicarán a las zoonosis generadas por culpa del cambio climático y del deterioro medioambiental.

Se juega, de esta manera, con algo que es patrimonio de la humanidad como si fuese propiedad de ese poder neoliberal pero transmitiendo a la población (del mismo modo que con la pandemia) que pudieran ser necesarias restricciones por el bien común, y que es necesario un cambio de paradigma en las relaciones socio-económicas, donde se potenciará la figura del subvencionismo frente a la compensación retributiva por trabajo realizado.

En resumen, el neoliberalismo lo que hace es transformar una gran crisis capitalista como la actual y dar un paso más, con un capitalismo de élite, mientras que al resto de la población la convierten en los nuevos esclavos de la sociedad contemporánea. Además de laminar su capacidad de protesta y revueltas al haber engullido a la parte ideológica de la sociedad, que podría haber avalado el elemento esencial reivindicativo de la sociedad, se ha conseguido que este progresismo se haya comido el caramelito envuelto con papel de todos los colores, donde parece que la apuesta es progresista, ecologista, feminista, cuando la realidad es que la propuesta (como resultaría de esa conjunción de colores del envoltorio del caramelo) nos llevaría a que este caramelo que degustamos es un caramelo de color negro, que nos conducirá a una sociedad más esclavizada en un sentido diferente a lo que en la historia ha representado la esclavitud. Pasaríamos a una esclavitud que mediante la revolución tecnológica, nos llevaría a la esclavitud dependiente de las dádivas de ese poder neoliberal.

La propuesta sobre la Agenda 2030, en mi opinión, no es contraponer a lo que se propone con lo que se cree que va a ser el resultado, sino el establecer un diseño de lo propuesto en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) enfocado hacia el beneficio de la sociedad y no hacia el beneficio del poder global neoliberal, que es como ellos lo tienen establecido en su diseño.

A continuación explico mi opinión respecto a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): 

  1. Erradicar la pobreza en todas sus formas y para todos.

Se debería basar en empoderar a la sociedad apoyando cualquier atisbo de creatividad, donde lo que impere sea el desarrollo de las personas, de manera que se posibilite el cubrir las necesidades básicas, que comprenden más que la mera subsistencia ya que el ser humano se nutre de algo más que lo puramente material. Y no llevar la estrategia de adocenar a la población mediante la dotación de un subvencionismo que le permita vivir sin dispendios, pero que, a cambio, será un buen método de los poderes para tener el voto cautivo e ir transformando la sociedad, de manera que la felicidad sea el poder subsistir sin más, eso sí, teniendo siempre presente el agradecimiento a quien le permite subsistir.

  1. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.

Establecer una seguridad alimentaria basada más en los localismos que en el globalismo, donde el entendimiento del intercambio funcione más por permeabilidad que por el materialismo crematístico propio de este globalismo neoliberal donde, como se ha visto en este momento, nos ha llevado a una crisis alimentaria donde se llevan años imponiendo cuotas agrícolas, ganaderas y pesqueras que no han servido nada más que para el enriquecimiento de las multinacionales y el empobrecimiento de la agricultura, ganadería y pesquería local.

  1. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

Durante esta pandemia hemos visto con claridad que esta objetivo lo han llevado por derroteros totalmente contrarios al epígrafe establecido, como ha sido el nivel de intervencionismo en la salud de las personas, que ha llegado a ser de tal nivel que, al final, el bienestar y la vida sana han sido y son utilizadas como una forma de coartar nuestra libertad, ya que la solución siempre la establecen en el ciudadano y no en la Administración.

  1. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida. 

El nivel educativo debe experimentar un cambio esencial. La educación inclusiva se debe basar (y más hoy en día) en el fomento del espíritu crítico y el debate de conocimientos e ideas, en vez del sistema actual de la evaluación basados, principalmente, en procesos memorísticos, cuando a esos conocimientos se tiene fácil acceso a través de internet, mientras que el espíritu crítico no tiene ese fácil acceso; y es aquí donde los enseñantes tienen que cambiar totalmente su ideario profesional de la enseñanza. Una sociedad a la que se le enseña a ser crítica y a tener el debate como herramienta básica del aprendizaje siempre será una sociedad más evolucionada y con una menor capacidad de manipulación, lo cual supone todo lo contrario a lo que desean los poderes neoliberales.

  1. Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. 

La igualdad de género es un elemento esencial de la sociedad, pero no solo el empoderamiento de las mujeres y niñas sino también la de los hombres y niños, ya que cuando ellos hablan del empoderamiento femenino se están refiriendo a un empoderamiento frente al masculino de un mismo nivel, pero no al empoderamiento frente al poder, el cual lo conforman curiosamente tanto femenino como masculino. Mi propuesta es empoderarse frente a ese poder igualándose lo femenino y masculino en lo que significa el vocablo “persona”, el cual engloba ambos géneros sin distinción.

  1. Garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación y saneamiento sostenible. 

Lo primero que la sociedad debe tener claro es que el agua es un bien de la naturaleza y por lo tanto público, cuyos propietarios somos toda la sociedad sin distinción. Con ello considero que el agua no es propiedad de ningún localismo, ni de ningún ente territorial y mucho menos de un ente privado, mientras que la gestión del recurso tiene que ser lo más cercana posible a los localismos, teniendo en cuenta la realidad hidrológica actual de nuestro país.

En el caso concreto de Euskal Herria se podría decir, y sin extenderme, que debemos partir de la realidad actual que tenemos y transformarla, con el fin de que todos los habitantes seamos en nuestra parte alícuota pequeños propietarios de los recursos hídricos. Es evidente que un saneamiento sostenible va íntimamente unido a un abastecimiento sostenible y cerrando ciclo hidrológico las premisas de concepto y gestión deberían ser las mismas.

Por supuesto que quien diseña este objetivo sostenible no tiene en cuenta que el recurso hídrico es patrimonio público y, por lo tanto, propiedad de todos los habitantes del territorio. Siempre tenemos que pensar en la solidaridad y el bien común y en aquellos casos en que sea posible cerrar anillos.

  1. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.

En el caso de la energía y, sobre todo, en las renovables, se puede decir lo mismo que se ha comentado sobre el agua en el punto 6. Se debe potenciar la gestión local allí donde las energías renovables, de tipo hidráulico, eólico, etc. puedan llevarse a cabo a un nivel más local. Siempre tenemos que pensar en la solidaridad y el bien común y en aquellos casos en que sea posible cerrar anillos.

  1. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.

Cuando se habla de crecimiento económico inclusivo y sostenible, aunque plausible (en verdad, no es ese su objetivo), tendría que cumplir con una serie de premisas que el globalismo neoliberal no las tiene presentes en modo alguno. Como hemos visto reiteradamente por su parte, no se tiene como elemento esencial del crecimiento lo medioambiental, lo social y lo económico como elemento de redistribución de la riqueza, ya que su concepto de sostenibilidad está íntimamente ligado al materialismo puro y duro y, por lo tanto, a la sostenibilidad crematística de una élite.

  1. Construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.

En este punto habría que recuperar la creación de una industria con tecnologías limpias, creando un entramado entre empresariado y trabajadores, y creo que dejando la iniciativa a la propia sociedad y no a los partidos políticos ni a los gobiernos. Estos, cuando hablan de innovación, se están refiriendo a clústers y entes que sólo sirven para alimentar el clientelismo de alto standing que tenemos en nuestro país. La innovación debe ir implícita en el propio diseño de la creación de esa nueva industria limpia.

  1. Reducir la desigualdad en y entre los países.

Este punto es un “canto al sol”, más propio de púlpitos de iglesia que de realidad tangible, porque lo primero que habría que hacer para reducir la desigualdad es reducirla internamente. En cuanto a la desigualdad entre países, pongo el ejemplo de África, en donde Europa, después de haberla esquilmado durante siglos, tendría que hacer desarrollismo, de manera que con ello y con cambios políticos, se lograse reconducir el tema de la inmigración.

  1. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Es evidente que todos queremos que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, pero la realidad es que no lo son, y, para ello, sería necesario que las ciudades y asentamientos tuviesen un denominador común, que es el binomio de la interrelación entre naturaleza y habitantes, donde el elemento cemento sería el que sobraría. Pues bien, en este punto y con la afirmación que se hace, el elemento cemento debería ser algo a prescindir, y, con ello, la edificación, ya que hoy en día la vivienda es un bien especulativo, cuando tendría que ser un elemento esencial para la vida de los individuos, como pudiera ser la alimentación.

Este punto se tendría que llevar a cabo cambiando el paradigma del concepto vivienda; es decir, no siendo un elemento especulativo y de inversión. ¿Está dispuesto el globalismo neoliberal a eliminar de su ideario este elemento especulativo de la vivienda?

  1. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.

Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles está relacionado con un cambio absoluto de los sistemas productivos y de lo que se produce siendo necesario introducir el concepto del autoconsumo y la regulación de todos aquellos productos que no cumplen con lo criterios de lo que una alimentación sana requiere, llegando incluso a su eliminación.

Algo parecido se puede decir de los sistemas productivos, donde se utilizan materiales contaminantes y de difícil reciclaje, como el plástico, utilizado en infinidad de productos de consumo humano. ¿Es eso sostenible?

La realidad es que un cambio de este tipo incide directamente en los sistemas productivos y, por lo tanto, en el valor crematístico del sistema, por lo que es difícil que estén dispuestos a cumplir con este punto, salvo ligeros enmascaramientos a los que ya nos tienen acostumbrados.

  1. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. 

En este punto se podría decir lo mismo que en el anterior. ¿Qué medidas son las que se van a establecer para combatir el cambio climático?, ¿las que únicamente van a incidir en los ciudadanos?, ¿es que esas medidas tienen peso específico suficiente para revertir el cambio climático?

La realidad es que los dirigentes son los que tienen la obligación de solucionarlo, con medidas que conduzcan a la realización de cambios en esquemas productivos (plástico, energético), porque lo que predomina, en la actualidad, son precisamente materiales contaminantes, cuando la solución está en el origen y no en el final de la cadena que no deja de ser la ciudadanía. Y hay que añadir que el problema, al igual que en el tema sanitario, es que la solución está en manos del poder económico y, como tal poder, sólo tiene su mirada en el enriquecimiento.

Otra de las medidas en este paradigma del desarrollo sostenible es la apuesta por energías renovables, pero con la intención de incluir energías ya denostadas y contaminantes, utilizando el argumento del bien común.

  1. Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.

Cuando se establece el conservar y utilizar de forma sostenible estos elementos, no creo que haya discrepancia alguna en ello, lo que sí habrá discrepancia es en el modelo de cómo llevarlo a cabo. Con toda seguridad, se seguirá un modelo sancionador para que sea la sociedad quien tenga que solucionarlo (ejemplo, el plástico), cuando el modelo es todo lo contrario, son los poderes y los estados quienes tienen que solucionarlo actuando en origen; es decir, produciendo el máximo posible sin plástico.

Por otra parte, el desarrollo sostenible relacionado con la pesca es un elemento a cambiar respecto a la política actual de cuotas dictada desde Bruselas, lo cual acaba siendo un mercantilismo propio del liberalismo.

  1. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica.

El uso sostenible de los ecosistemas terrestres y todo lo que ello conlleva (ordenación sostenible de bosques, desertificación, degradación de tierras, pérdida de biodiversidad biológica) requiere políticas totalmente diferentes a las aprobadas en las cumbres climáticas, donde se ha hecho del CO2 un elemento mercantil más que medioambiental.

Igualmente, se habla de desertificación y de ordenación sostenible del bosque cuando se ha dejado camino libre a realizar la mayor agresión contra la regulación climática mundial mediante lo acontecido con las talas del Amazonas, pulmón del mundo y elemento básico para la regulación del CO2 y, por lo tanto, del calentamiento global. ¿Van a revertir los poderes políticos y económicos esas políticas de deforestación a gran escala?, ¿van a seguir haciendo mercantilismo con el medio ambiente? o ¿de una vez por todas van a dejar de lado el aspecto crematístico cuando, además, a la postre una buena política medioambiental proporciona una mayor riqueza a la sociedad?

  1. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.

Este punto sí que es un nuevo “canto al sol” en toda regla, que está enfrascado en la hipocresía más absoluta, como lo estamos viendo ahora con la guerra Rusia – Ucrania, donde la solución es de tipo bélico y, por ende, de intereses crematísticos de la industria armamentística.

Este punto para solucionarlo realmente de forma sostenible, requiere una apuesta en toda regla por la eliminación de las instituciones a nivel europeo y mundial, donde las soluciones a los conflictos no se basen en criterios belicistas con su correspondiente interés crematístico y de manera que los bloques armamentísticos se vayan devaluando (llegando, incluso, a desaparecer si, en verdad, se quiere que este punto sea realmente sostenible). Se debe dar un alejamiento de soluciones como las actuales, donde el reforzamiento y el gasto en armamento sean sustituidos por la verdadera solución sostenible, que es el diálogo y el respeto a la decisión de los pueblos.

  1. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Con lo dicho en los puntos anteriores este punto 17 es algo de tal falta de realismo que no procede hacer comentario alguno.

Se podría decir con claridad que estos 17 objetivos son algo parecido a lo que los católicos tienen con los diez mandamientos. En principio, todos serían asumibles como principios de libertad y democracia, pero el problema, al igual que en los diez mandamientos, es que su ejecución dista totalmente de los enunciados de los objetivos porque el poder del globalismo neoliberal, que es quien ha diseñado esta agenda 2030, sólo tiene una premisa, que es la especulación y el enriquecimiento.

El cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) requeriría transformaciones socio-político-económicas a gran escala, donde se empezase a propiciar y fortalecer la autogestión de colectivos más locales, rompiendo con este globalismo a ultranza que nos está condicionando nuestra vida actual. Y para ello, la realidad es que tendría que darse una auténtica revolución pacífica y cívica donde los elementos esenciales fuesen la libertad, el respeto a los derechos individuales y colectivos como pueblo y el derecho a decir lo que se quiera ser sin impedimentos. ¿Está este globalismo neoliberal preparado para llevarla a cabo con todas sus consecuencias obviando sus intereses mercantilistas de esta Agenda 2030?

Tenemos que tener presente algo más esencial en el ser humano y que no se ciñe al tema empíricamente materialista, como es lo espiritual y anímico; es decir, lo más inmaterial, y que no se contempla. La capacidad de pensamiento y autocrítica es esencial en el ser humano y esa es la herramienta que tenemos las personas para combatir a aquellos poderes que nos quieren convertir en animales adocenados y serviles, cubriendo solo nuestras necesidades físicas pero no mentales. La realidad es que ellos a lo que realmente tienen miedo es al empoderamiento mental de la sociedad.

El fracaso científico de la historia del relato pandémico

Comparando los fallecidos en los años 2020, 2021 y lo que llevamos del 2022 se observa un pico importante de fallecidos en marzo-abril de 2020 y un incremento de fallecidos en lo que llevamos de año 2022 frente al 2021.

Del análisis científico de los datos oficiales de la pandemia se deduce la historia de un relato en donde lo que predomina son una serie de fracasos que a su vez nos han llevado a un fracaso sociopolítico y económico, pudiendo enumerar los siguientes:

  • Esta pandemia se construye empezando por el tejado y no por los cimientos secuenciando con el banco de genoma de datos las distintas variantes del virus.
  • No se ha realizado cultivo celular alguno para aislar el virus cuando lo primero que había que haber hecho es aislarlo de una muestra de un paciente del respiratorio.
  • Una vez purificada la muestra y aislada en cultivo de células del respiratorio se hubiese podido microfotografiar el virus y secuenciarlo.
  • Se utiliza una técnica como la PCR que es de “screening” y que en ningún momento sirve para diagnosticar una enfermedad sin antes haber cultivado el virus.
  • Se ha utilizado a los asintomáticos como enfermos imaginarios cuando una persona que no tiene síntomas no está enferma y además introduciendo el virus neuronal del miedo diciéndonos que eran los grandes contagiadores.
  • En el periodo marzo-abril 2020 donde realmente hubo fallecidos y, no precisamente por una enfermedad del respiratorio al uso, no se quiso estudiar si pudiera haber habido causalidad o casualidad que la enfermedad tuviese su razón en la inoculación de la vacuna de la gripe de la campaña 2019-2020, como lo confirma la no realización de autopsias, elemento esencial para el conocimiento médico tanto de lo que realmente había ocurrido como de los posibles tratamientos a utilizar.
  • Se utiliza una herramienta de estadística epidemiológica calculada en base a la realización de test de PCR sin establecer unos mínimos criterios para que esa herramienta sea útil.
  • Con la utilización de la estadística epidemiológica oficial se han creado las diferentes olas al albur de las administraciones sanitarias y con ellas se han tomado las decisiones que han afectado a la restricción de nuestros derechos y libertades, como lo demuestra que la correlación del nº de test es directa con el nº de positivos obtenido y ésta a su vez con la IA.
  • Se debería haber realizado una normalización de la IA de forma que hubiese explicado estadísticamente, no como con el cálculo oficial, lo ocurrido en marzo-abril de 2020 y además no hubiesen sido significativas las siguientes olas exceptuando la sexta, la cual tiene su razón en el elevado número de test de PCR realizados.
  • Esta IA normalizada explicaría algo mejor las hospitalizaciones, ucis y fallecidos que se han dado durante la pandemia, pudiendo deducirse que éstas sean propias de las epidemias estacionales de gripe.
  • El estadístico de la Ro aunque se explica algo mejor con una IA normalizada no tiene correlación significativa con la estadística utilizada siendo la Ro el estadístico que nos indica claramente la capacidad de contagiar de un individuo y siendo sus valores exceptuando en el inicio propios de las epidemias estacionales de la gripe.
  • Exceptuando la primera ola el resto de las olas se han ido creando acorde con el aumento de hospitalizaciones y ucis coincidentes con las épocas estacionales de las epidemias de gripe y, en cierta medida enmascarando los casos ocasionados por la propia vacunación, como se puede comprobar con la excepcional sexta ola coincidente además con la tercera inoculación en las franjas de mayor edad.
  • La vacuna de la covid es una terapia génica que ha ocasionado efectos adversos (ictus, pericarditis, miocarditis, trombos, etc) tanto por la proteína “spike” como por la posible recombinación genética del arn con el adn de nuestras células (cánceres agresivos, aceleraciones metastásicas,etc).
  • Se demuestra que las sucesivas inoculaciones han ocasionado más casos positivos y lo, que es peor, más fallecidos como se puede apreciar claramente con las sucesivas inoculaciones en las diferentes franjas de edad, así como con la tercera dosis.
  • Se ha utilizado la vacuna con total inmoralidad realizando un chantaje emocional, realizando de forma previa muchos más test en las diferentes franjas de dad a las que se iba a vacunar y estableciendo una campaña perversa como la estigmatización de la población con el pasaporte covid o la presión para vacunar a los menores para proteger a mayores ya vacunados con pauta completa e incluso tercera dosis.
  • Los datos de letalidad y mortalidad comparados con países con menor porcentaje de vacunación y sin restricciones, como Suecia son bastante mejores que los que hemos tenido en Euskadi, con mayores restricciones y mayor porcentaje de vacunación.
  • Más del 85% de los fallecidos son de una edad > 70 años.
  • El promedio de camas ucis ocupadas en verano de 2021 ha sido de un 61,48% mayor que en el verano de 2020, siendo la principal diferencia que en el 2020 no existía la vacuna y en el 2021 se estaba en pleno proceso de vacunación.
  • Comparando los fallecidos en los años 2020, 2021 y lo que llevamos del 2022 se observa un pico importante de fallecidos en marzo-abril de 2020 y un incremento de fallecidos en lo que llevamos de año 2022 frente al 2021, siendo un elemento diferenciador el que en esos meses del 2021 se iniciaba el proceso de vacunación y, en cambio, en ese mismo periodo en el 2022 se estaba en proceso de una tercera inoculación en las franjas de edad de mayores que es donde se ha experimentado el mayor incremento de fallecidos.

En esta visión del relato pandémico realizada con la información oficial en ningún momento quiere introducir la conspiranoia, ni la bola de cristal que pudiese venir a futuro, pero lo que si pretende, es que ante los nuevos pasos dados por el oficialismo del globalismo neoliberal con el virus de la viruela del mono, y sus zoonosis que no tienen el mínimo rigor científico, y el tema de la agenda 2030 como biblia del ecologismo y del progresismo, despertar a la sociedad vasca ya que esa agenda 2030, aunque sea un caramelo con un envoltorio de rojo y verde, la realidad es que está diseñada por el mismo globalismo neoliberal que ha diseñado esta pandemia, y aunque el envoltorio de ese caramelo sea sugerente para el progresismo y el ecologismo la realidad es una vez quitado el mismo, el caramelo con el que nos encontramos es de color absolutamente negro.

Es por ello, por lo que tenemos que despertar y decir a nuestros dirigentes y a ese poder económico que ya vale de engaños, y, que la vacuna con la que verdaderamente debemos vacunarnos es con la del virus del espíritu crítico, la libertad, la democracia y el sentido común. Esa vacuna cuádruple vírica si sería efectiva y sana tanto a nivel físico como mental para nuestra sociedad.

Cuando la intervención de la libertad del individuo lleva implicita la dictadura sanitaria y medioambiental

El poder neoliberal secude a la izquierda y al ecologismo para que defiendan la agenda 2030, que está diseñada por y para el poder económico neoliberal.

La pandemia de la covid, que sospechosamente todavía la OMS no la ha declarado por terminada, cuando ya ningún país tiene establecido medida alguna, nos está indicando de forma clara, por una parte que el bagaje científico de la misma ha brillado por su ausencia y, por otra, que la OMS es más un organismo político, como se ha visto de forma reciente, que verdaderamente sanitario siendo una herramienta del poder del globalismo neoliberal.

En esta pandemia se ha utilizado una mezcla de salud pública con tema medioambiental con el fin, por una parte, de laminar a la población con el verdadero virus pandémico como ha sido el virus neuronal del miedo, y, por otra, con la finalidad de que el progresismo y la izquierda compren el discurso demagógico de la sostenibilidad, la ecología y la conservación medioambiental, elementos propios de ese ecologismo de la izquierda.

Con este binomio, en el que a través del miedo a perder la salud han conseguido paralizar a la sociedad de manera que el resto de los problemas de tipo socioeconómico se han dejado en un segundo plano, así como tener al ecologismo, al progresismo y a la izquierda encantados con ese plan de la agenda 2030 con supuestos colores verde y rojo, de forma que se haya hecho una dejación absoluta de las reivindicaciones y la defensa de los derechos individuales y colectivos, así como cualquier tipo de reivindicación social.

Pero Sres. de la izquierda, ¿quien ha proyectado y diseñado esta agenda 2030?, ¿ quiénes son los ideólogos de la misma?, supongo que tendrían que saber la respuesta, y si no lo saben, es porque la compra del discurso de dicha agenda es de tal calibre que les ha hecho caer en una ceguera absoluta, siendo la causa con toda probabilidad el contagio que han tenido con el virus neuronal expandido por el globalismo neoliberal, que ya dije desde hace tiempo iba a ser un virus que se cargaría al progresismo y a la izquierda tanto estatal como soberanista, y que estaba dejando el campo libre al albur de la demagogia de la ultraderecha, la cual aunque nos quieran dar a entender lo contrario si que está alineada con ese poder neoliberal globalista, ¿necesitaba el poder neoliberal seducir a la izquierda y al ecologismo para que se pudiera a defender esta agenda 2030?, la respuesta es SI, primero dejando de lado las reivindicaciones socioeconómicas por un supuesto virus mortal, y segundo poniéndose a realizar la defensa a ultranza de una agenda 2030 supuestamente ecológica y progresista pero que la realidad es que está diseñada por y para el poder económico neoliberal.

Está claro que son los poderes económicos quienes han diseñado esta estrategia teñida de arco iris, pero como todos sabemos la resultante de la combinación de sus colores es el color negro, verdadero color de la agenda 2030.

El discurso tanto desde el punto de vista sanitario, de salud y medioambiental, es de un intervencionismo puro en la libertad del individuo por lo tanto, en definitiva del colectivo social, primero con el miedo a la enfermedad y a la muerte con supuestos virus cuyo origen son las zoonosis adjudicando la culpa al cambio climático y al deterioro medioambiental, cuando los animales de esas supuestas zoonosis están presentes en el mundo mucho antes que el ser humano, por lo que nos podemos preguntar ¿cuál es la razón para que precisamente aparezcan en este momento?, y si se justifican las mismas mediante temas de índole medioambiental, lo que hay que decir es que no existe una relación con que se puedan trasmitir esos supuestos virus y se dieran esas zoonosis cuya principal razón histórica siempre ha sido la inoculación vía sanguínea, (insectos, animales, etc) y no debido a consideraciones ambientales donde, la transmisión por aerosoles no tiene lugar como nos han querido hacer creer con la pandemia de la covid.

Estos poderes del liberalismo económico nos quieren convencer y, para ello, que mejor que la utilización del miedo en la población como se ha hecho en los temas de salud, donde la izquierda ha comprado el discurso demagógico de economía vs salud, al igual que el augurarnos nuevas pandemias, catástrofes, desastres ecológicos, etc, mediante la utilización de la supuesta defensa del ecologismo, defendido tradicionalmente por la izquierda, que nuevamente ha comprado el discurso demagógico de la concienciación, apoyada en las restricciones de la población en determinadas áreas vs medioambiente, en donde el denominador común es no actuar en origen atajando el problema, como se debería hacer siendo la obligación de nuestros dirigentes, y si, obligar a los ciudadan@s a tener que resolverlo acatando medidas restrictivas como hemos visto recientemente con la pandemia y como estamos empezando a vislumbrar actualmente con el tema medioambiental, donde la solución se establece nuevamente en la ciudadanía mediante el reciclaje, las restricciones para poder disfrutar de la naturaleza, el distanciarse de las mascotas por esas supuestas zoonosis y en definitiva acabar por decirnos en un futuro próximo a los ciudadan@s que deberemos pagar un impuesto para poder respirar.

Se juega de esta manera con algo que es patrimonio de la humanidad como si fuese propiedad de ese poder neoliberal pero transmitiendo a la población, del mismo modo que con la pandemia, que son necesarias esas restricciones por el bien común, al igual que se ha hecho durante la pandemia, y pregunto, ¿acaso ellos son solidarios cuando durante la pandemia los ricos se han enriquecido todavía más y al resto nos han metido en una crisis económica de gran nivel?, ¿si quieren pedir solidaridad no es el momento para que ese poder económico neoliberal reparta entre la población ese enriquecimiento que han experimentado?

Este posicionamiento es del todo erróneo ya que en el tema de la pandemia la solución no era tratar el problema desde el punto de vista de salud publica donde son los ciudadan@s son quienes tienen que arreglarlo a costa del recorte de los derechos y libertades afectando a determinados sectores en su propia economía, cuando la solución la tenían que haberla puesto los dirigentes tratándolo como un tema de planificación sanitaria donde hubiesen sido ellos los responsables de dotar de recursos humanos y materiales a la sanidad publica con los impuestos que pagamos, siendo la solución actuar en origen y no dejarlo para el final, pero claro los dirigentes son la herramienta que controla a las poblaciones haciendo el trabajo sucio de este poder económico neoliberal mundial.

Igualmente erróneo es querer solucionar nuevamente el tema medioambiental siendo nuevamente los ciudadanos los responsables para restringirse sus derechos a costa de adjudicarles una responsabilidad de tal nivel en la que sean la principal herramienta para solucionar dicho asunto, utilizando nuevamente otra variante del virus neuronal del miedo, cuando nuevamente son los dirigentes los que tienen la obligación de solucionarlo cambiando esquemas productivos (plástico, energético) en manos del poder neoliberal, donde lo que predomina son precisamente materiales contaminantes, o bien, la apuesta por energías renovables que por una parte rescatarán energías ya denostadas pero esgrimiendo para ello el argumento del bien común, y por otra, y, es lo esencial, seguirán estando en las mismas manos que en este momento detentan las energías convencionales , es decir, nuevamente la solución está en el origen y no en el final de la cadena que no deja de ser la ciudadanía, siendo el problema al igual que en el tema sanitario que esa solución está en manos del poder económico y, como tal poder sólo tiene su mirada en el enriquecimiento.

Con toda esta pandemia hemos visto claramente como el nivel de intervencionismo en la salud de las personas es de tal nivel que al final y de una forma continuada aplican medidas que coartan nuestra libertad, y, por lo que parece el tema medioambiental va a ir por el mismo camino, por lo que yo reivindico ante las administraciones que dejen de intervenir nuestras vidas tanto en los aspectos de salud y medioambiental y se preocupen más por solucionar en origen los problemas de ambos ámbitos, estando en manos de nuestros dirigentes, como herramienta utilizada por el poder económico global, el hacerlo aunque esto suponga que tuviesen que ir en contra de ese globalismo neoliberal, siendo esto más una llamada de atención al espectro ideológico del progresismo, ya que supuestamente, aunque no lo hayan demostrado durante esta pandemia, han tenido en su ideario la defensa de los derechos y libertades, mientras que el conservadurismo todos sabemos donde está alineado ya que su principal premisa es el enriquecimiento.

En muchos foros se establece por parte de esta agenda 2030 el dicho de no tener nada y serás feliz, y siendo de calado ese dicho, lo que encierra en realidad es el adocenar a la población mediante la dotación de un subvencionismo que le permita vivr sin dispendios pero siendo ese medio un buen método de los poderes para tener el voto cautivo e ir transformando la sociedad de manera que la felicidad sea el poder subsistir sin más, eso si teniendo siempre presente el agradecimiento a quien le permite subsistir. Mi opinión es que tenemos que tener presente algo más esencial en el ser humano, que no solo se ciñe a no tener nada de forma material, como es el no tener nada de forma espiritual, anímica, es decir, más inmaterial, donde la capacidad de pensamiento y autocrítica quieren hacerlas desaparecer ya que esa es la herramienta que tenemos las personas para combatir a aquellos poderes que nos quieren convertir en animales adocenados y serviles donde se cubran nuestras necesidades físicas y no mentales, porque la realidad es que ellos a lo que realmente tienen miedo es al empoderamiento mental de la población.

Cuando la izquierda necesita inocularse la vacuna de la autocrítica y el sentido común

El neoliberalismo transforma una gran crisis capitalista como la actual en continuar con un capitalismo de élite, mientras que al resto de la población la convierten en los nuevos esclavos de la sociedad contemporánea.

Como ya he comentado alguna vez esta pandemia nos ha llevado de un fracaso científico a un fracaso sociopolítico, donde la izquierda ha dejado de ser izquierda, el soberanismo ha dejado de ser soberanista, donde ha reemplazado con las ONGs a la caridad propia del conservadurismo y la derecha, y, en cambio lo que ha calado tanto en el progresismo y la izquierda estatal como la independentista, es el gusto por pisar moqueta, la falta de autocrítica, el abandono de una ideología verdadera de izquierdas donde no tenga cabida el postureo y en el caso de la independentista la renuncia a la soberanía, al igual que ya lo hicieron hace muchos años los jeltzales aunque el Sr. Ortúzar nos venga diciendo que defiende una Euskadi basada en la libertad para ser y para decidir, cuando habría que recordarle que han tenido una ocasión inmejorable para haber ejercido esa soberanía durante la pandemia, no dejando de ser el latiguillo de siempre del PNV que lo saca según se van acercando elecciones. A los feligreses de los jeltzales soberanistas de buena fe habrá que decirles que la soberanía del PNV es algo parecido a lo que les prometen a los católicos, con todo respeto a su creencia, les prometen de la vida eterna, pues esto de la soberanía por parte nacionalista es algo semejante.

La derecha y ultraderecha están haciendo su papel como siempre ha sido de defensa de la riqueza, pero dejando de lado la tranquilización de sus conciencias, con la que siempre se habían escudado, como es la caridad cristiana concepto de aire conservador y que, en estos momentos, igualmente y para tranquilizar sus conciencias por la renuncia a defender los derechos y libertades individuales y colectivas durante la pandemia, les ha sido arrebatado por la izquierda a través de la s ONGs.

Una de las expresiones del virus inoculado que ha dinamitado el sentido común y la capacidad ideológica ha sido la renuncia que desde la izquierda se ha dado en el Congreso de Diputados, por una parte, con el tema del Sahara donde la izquierda y, con mayor gravedad para la independentista catalana y vasca, al aceptar que no se haga referéndum de autodeterminación, no dejando de ser una forma implícita de aceptar que esos referéndums no se llevarán a cabo en ningún momento en Catalunya y Euskadi, viéndolo claro en Catalunya con la actitud de ERC, al estar traicionando al independentismo con su famosa mesa bilateral que en ningún momento se va a celebrar, y si así fuese, en ningún momento se planteará el derecho de autodeterminación en la misma y menos ahora después de lo acontecido con lo del Sahara.

Otro elemento de los efectos de esta inoculación ha sido el que se haya aplaudido al Sr. Zelensky, el cual, como persona tanto inteligente como cercana al pensamiento nazi, hizo la demagogia de citar el bombardeo de Gernika, y nuevamente la izquierda, y en especial la independentista demostró que ese virus pandémico inoculado les ha dejado muy enfermos por no decir inutilizados para hacer una verdadera política progresista y soberanista, aplaudiendo a este señor con el que al menos debemos tener el beneficio de la duda.

Lo peor de todo es que lo ocurrido y aceptado por la izquierda estatal e independentista, era una enfermedad que ya venía, por desgracia de antes de la pandemia, y es el famoso eslogan de nos opondremos siempre a que no venga el trifachito, claro que los soberanistas y de izquierda no queremos que gobierne el trifachito, pero este eslogan, que parece que venía incluido en la inoculación de la vacuna, es una trampa perversa en si misma ya que con ello se hace renuncia a la ideología entendida en toda su esencia y no como religión, porque ese eslogan de que no venga el trifachito es lo que precisamente, transforma la ideología en etiquetismo, hooliganismo y, en definitiva en religión, además de establecer un golpe a la verdadera democracia, al convertirse ese voto de la izquierda en un voto cautivo solo para que no venga una determinada opción política, cuando a quien se le apoya con el voto se le está dando rienda suelta a que gobierne como quiera, como se ha podido ver con temas como lo del Sahara, Zelensky, reforma laboral, ley mordaza, etc, y, por otra parte, en dejar el campo libre de la demagogia de los derechos y libertades al albur de la ultraderecha como ya ocurrió con la socialdemocracia en la UE.

Esto mismo lo estamos viendo en las elecciones francesas donde porque no llegue la ultraderecha, la izquierda le dará el voto al liberal Macrón exponente máximo del globalismo neoliberal culpable esencial de los despropósitos y medidas antidemocráticas acontecidas durante esta pandemia, en la que el Sr.Macron se ha permitido durante esta pandemia, el insultar y amenazar a los no vacunados, ¿es que Francia con este sistema para mi, por mucho que se diga no democrático, la izquierda va a seguir con ese voto cautivo para que no llegue la ultraderecha?, si es así lo mejor que podría hacer la izquierda en Francia es no presentarse a las elecciones porque la realidad es que su voto, al final, no deja de ser un voto basura.

Con la agenda 2030, y el cambio climático, la izquierda y el ecologismo cercano a la izquierda y, en el caso de Euskadi, en el entorno de la izquierda independentista, han vuelto a comprar el discurso neoliberal, mediante eslóganes medioambientalistas y de sostenibilidad que en el fondo van dirigidos a llevar adelante cambios en lo que se va a considerar lo que son energías verdes, como ya lo estamos viendo, con esta crisis energética actual, al considerar que la nuclear, la extracción de gas, el fracking puedan ser consideradas como energía verde, o bien que se eleve la producción de alimentos transgénicos, es decir todo lo contrario a lo defendido por la izquierda y el ecologismo hasta el momento actual, estando tan enfermos con el virus inoculado, que no se dan cuenta que la estrategia de esta agenda 2030 es la de, creando y utilizando una gran crisis económica y energética, empobrecer a la población de forma que sea necesario el subvencionismo para su subsistencia, de forma que además de ser la transformación del voto libre en cautivo, el poder neoliberal consiga que ante este reto de subsistir a cambio se acepten temas de índole ambiental, alimentario, etc, que en situación anterior no se estaba dispuesto a aceptar. En resumen el neoliberalismo lo que hace es transformar una gran crisis capitalista como la actual en continuar con un capitalismo de élite, mientras que al resto de la población la convierten en los nuevos esclavos de la sociedad contemporánea, además de laminar su capacidad de protesta y revueltas al haber engullido a la parte ideológica de la sociedad, que podría haber avalado el elemento esencial reivindicativo de la población, pero que no ha sido, ni será así, por la inoculación del virus que han experimentado en sus mentes y en su ideario político el cual les ha laminado por completo.

Es por todo ello, por lo que, creo que va siendo hora de que la izquierda estatal e independentista se inocule la vacuna de la ideología en toda su esencia, de la autocrítica y del sentido común, ya para ello la única inoculación posible en este momento es la de la propia sociedad vasca mediante su empoderamiento a través de plataformas cívicas locales, batzarres, auzolan de forma que se vaya retirando esa forma de concebir la política de forma piramidal y no horizontal, donde el apego a la moqueta y a vivir de ella tienen que desaparecer por el bien de nuestra sociedad, y donde se puedan establecer nuevos esquemas socioeconómicos de vida.